La Concejala nos pide que tengamos fe

Seré breve. Esta noche y tarde terminó el Pleno de nuestra primera instancia democrática de gobierno, presidido por la Concejala Presidenta María Dolores Navarro, y nos trajo más de lo mismo. Tampoco había que esperar más. Buenas maneras tiene la señora Presidenta, por lo menos, a diferencia de sus compañeros de partido en la Comunidad. La consulta ha sido un trámite más hacia el escepticismo. Se hicieron dos preguntas, la que hizo el AMPA del colegio Tirso de Molina trataba de hallar un mínimo apoyo pensando en las competencias del Ayuntamiento en ciertos aspectos para el caso y sumó la inquietud de los vecinos de la calle Tejo. La otra pregunta la hizo el AMPA en formación de esa calle y reflejaba la incertidumbre de los padres sobre el futuro colegio.

Lo más relevante de las palabras de la Concejala fue la evocación de la fe. "¡Hay que tener fe!" Nos pidió que tuviéramos fe en ellos a pesar de que reiteró su impotencia o incompetencia para resolver el problema que los padres le representaron. Repitió que habíamos ido al sitio equivocado y que ella no tenía competencias, así que nos mandó a la Comunidad, donde por la vía de la sensatez nos responderían algunas cosas. Somos unos insensatos, inmaduros y además no tenemos fe. Podríamos ir al infierno. También dijo que el director del colegio no se había dirigido a ella y que esperaba que los educadores lo hicieran. De paso estuvo a punto de descalificar a la madre que leyó la pregunta como si no tuviera derecho por ser madre afectada y del AMPA. Pregunto, para qué necesita una demanda de los profesores si no tiene competencias y tampoco se compromete como autoridad que nos representa ante otros estamentos. Ella sabe que el director, aunque quisiera, no se puede mover porque le pasa la aplanadora de Bonifacio.

Esta claro que la Concejala tiene bien aprendido el librito, quizás azul, ya que no hizo otra cosa que repetir lugares comunes y frases hechas. Hoy no fue su mejor día. Es pura formalidad. Además, las preguntas que se le hicieron no habían sido consultadas ni contrastadas con técnicos ni con la Comunidad. Sencillamente se limitó a decir que estábamos equivocados de sitio y litigio, y alentarnos a que tuviéramos fe. Me pregunto, si ella no tiene competencia en un asunto tan grave socialmente, sin parecer incompetente, y además nos trata como a lerdos, ¿para qué nos sirve la Concejala? Yo escuché lo que se discutía en el Pleno y casi me muero de risa y calor, si esos son problemas de los ciudadanos, ¿qué es lo nuestro? Algo va mal si así funciona el gobierno de los ciudadanos. En fin, que lo que se le preguntó le entró por el oído derecho y le salió por el mismo lado. Lo que les decía en la entrada anterior: primero el Partido, luego los ciudadanos.

Es verdad que la señora tiene buenas maneras, pero creo que las usa lavándose las manos como Pilatos. Se preocupa de que no haya problemas entre las obras y los niños, pero no hace nada por ayudar a resolver el entuerto. Le gusta quedar bien y sin embargo saca balones fuera. Lo de hoy me pareció un ejercicio de prepotencia y politiquería. Todos nos tratan como a niños malcriados. ¿Por qué tendríamos que tener fe? ¿Hay algún otro modo que no sea la razón para enfrentar el problema que nos han creado sus compañeros de Partido? ¿Tener fe en qué o en quién, en Bonifacio o en la Consejera? ¿Hay alguna evidencia tangible que nos permita valorar la fe en algo o alguien por encima de la constatación práctica de la mentira? ¿Por qué no allana el camino para una confrontación de ideas con sus compañeros de la Consejería de Educación? Antes nos llamó insolidarios. Invito a no tener fe porque esta fe nos inmoviliza. Cuando un político me dice que tengo que tener fe se me pone malo el cuerpo. Ahora, antes de dormir y a punto de somnolencia la palabra fe resuena en mis oídos y parece que me dice FAES.

Amigos, como diría Murrow, buenas noches y buena suerte. Seguimos.