También he recibido muchas opiniones sobre el motivo de la ausencia de los padres a la concentración. La gente me dice que hay que seguir, aunque tenemos el inconveniente de las vacaciones. No obstante, en mi opinión la lucha por nuestros derechos tiene que mantener prioritariamente la derivación de la justicia mientras transcurren estos meses, sin que ello quiera decir que estemos abandonando. NO lo estamos. Además de los caminos que se están emprendiendo, esta semana trataremos de redactar un texto para llevar el caso ante el Congreso de los Diputados.
Sabemos que las autoridades aprovechan el momento de relajación y ausencia de las vacaciones y contra eso no podemos hacer mucho, también les vale la reserva electoral que tienen como partido mayoritario en Madrid y la apatía o la desidia de quienes han sido desarmados emocional o políticamente por la propia democracia que ha creado también ghetos de vasallos partidistas.
Ellos y otros se frotarán las manos creyendo que se ha terminado todo, pero no es así, es en septiembre cuando empieza la verdadera andadura. Yo nunca creí que podríamos parar las obras porque habría sido la muerte fulminante de Bonifacio y él lleva mucho moviendo la mano del martillo al compás del poder; el tiempo está en su contra y nada lo iba a detener sucediera cualquier cosa porque tiene el apoyo de quien lo necesita: la Consejerísima. Mientras que nosotros no podemos nada más que continuar los lentos procedimientos democráticos.
Una vez más digo que esta no es una lucha de partidarios políticos, sino de padres que ven cómo se deteriora la calidad de la enseñanza de sus hijos y las autoridades responsables atropellan sus derechos. Algunos somos votantes de un partido o de otro y a mí personalmente no me interesa saberlo. Sólo una mente simple y embriagada por el populismo y la demagogia partidista puede creer que jugamos una baza a favor de alguna corriente. Otra cosa es que, efectivamente, los ideólogos y ejecutores de esa política sean las autoridades que nos desprecian como padres y ciudadanos, entonces también las reivindicaciones se vuelven políticas contra un partido que desprecia a los ciudadanos y a sus propios votantes. ¿Por qué no? Cada cual con su cruz y su conciencia.
Gracias a Dios por lo menos podremos descansar del mariscal y de ella. Unos descansarán y otros seguiremos desde aquí u otro lugar diciendo lo que pensamos. Seguimos.