Ayer dejé pronto los predios del colegio para ir a ver a mi siquiatra. La concentración fue un fracaso desde el punto de vista de la asistencia y, aunque era previsible, al principio nos sentimos levemente tocados, porque a veces parece que arrastramos un tren de casi trescientos vagones. Los únicos que asistieron realmente fueron los policías, parecía una concentración de polis buenos y polis malos. En algún momento vimos más policías que padres, a tal punto que pensé: ¿nos habremos equivocado de convocatoria o la policía vino a ser solidaria? Ni una cosa ni otra. Incluso estuvo el jefe de los jefes, que allí de traje en un principio creímos era el mismísimo mariscal Bonifacio que llegaba a dialogar. Y nos alegramos. Pero no fue así, aunque nos alegramos de cualquier manera porque al fin una autoridad se acercaba a nosotros, aunque en vez de ser de Educación fuera de la policía. La locura de la democracia nuestra es tan alarmante que la policía dialoga y los políticos de la Comunidad dan los palos. A mí personalmente me gustaría que tuviéramos al jefe de la policía como director de educación en vez del mariscal Bonifacio. Paradojas de la democracia. No paramos, seguimos.
martes, 30 de junio de 2009
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Es la consecuencia de la insensatez de muchos; de los responsables de las chapuzas y de la imprevisión (y no de las soluciones) y de esos papás y mamás más preocupados del bocatín y la Fanta, del corrillo en el parque o la piscina, de Honduras con Hache o sin Hache, de la demagogia del autor del Blog, que de la educación de sus hijos. Pues nada, tiempo al tiempo, y a padecerlo nuestros hijos y nosotros mismos. Desde luego cuando oiga a alguien quejarse de las condiciones del Colegio, del comedor, de las pocas plazas en las actividades, de la falta de medios, etc, etc,etc, pregunta inmediata y obligatoria; ¿Qué has hecho tú para evitarlo?.
ResponderEliminarEnhorabuena por el Blog y por tu dedicación.
Saludos.